Muchos destinos del Cajón del Maipo, que antes fueron prístinos y libres de contaminación, hoy son micro basurales testigos de la presencia humana. Esto mismo ha sucedido con especies de flora y fauna que han sido desarraigadas de su propio ritmo natural. Un triste ejemplo es lo sucedido en el Mirador de Cóndores, donde los visitantes no respetaron el hábitat del cóndor y terminaron por dañar un lugar que, bajo políticas de administración responsable, podría seguir siendo un atractivo del territorio.
En Parque Pailalén hemos puesto nuestros esfuerzos en conservar al máximo cada uno de los espacios que componen la extensión del recinto. Sabemos que en cada ladera, en cada árbol, en cada curso de agua y debajo de cada piedra se desarrollan procesos ecosistémicos que son fundamentales para el adecuado funcionamiento de la naturaleza.
Es un sector ubicado en el extremo poniente de una meseta de altura a la que se puede acceder desde la Explanada de Observación donde se encuentra el restaurant y observatorio Pailalén. Permite apreciar la belleza de un paisaje compuesto por una geomorfología propia de los procesos que moldearon micro fallas, estratos y fuertes pendientes.
Así mismo, abundan diferentes especies de flora nativa característica del bosque y matorral esclerófilo, como son boyén, maqui, litre, quillay, peumo, espino y flores como la añañuca de fuego y el dedal de oro, cuyos colores rojo y naranja respectivamente, resaltan entre las tonalidades de roca que predominan.
Con un poco de suerte se podrán apreciar especies de fauna como zorros, conejos, roedores y la Yaca, un marsupial endémico de la zona. Suelen avistarse cóndores y otras especies de aves como búhos, lechuzas, cernícalos y peucos.
Es una laguna cordillerana, ubicada en los faldeos del cerro San Lorenzo. Para llegar se requiere hacer una larga travesía a pie (alrededor de 5-6 hrs de caminata), con tramos de fuerte exigencia física. En este lugar contamos con un pequeño refugio de montaña, el cual utilizamos principalmente como bodega y base logística cuando se realizan expediciones guiadas.
Es un sector que se encuentra en buenas condiciones de conservación debido al poco tránsito, de forma tal que lo visitamos en ocasiones puntuales y esperamos se mantenga pristino durante muchos años más.
En este lugar se pueden divisar cóndores normalmente, especialmente en un mirador de cóndores cuyas condiciones de viento al atardecer son de gusto de esta hermosa especie. Se trata de un lugar de naturaleza indómita, con todo lo que ello implica en términos de respeto y cuidado.
Es una cascada que se activa según las condiciones del recurso hídrico aguas arriba en la quebrada del estero El Jaboncillo. Cuando se encuentra con abundante agua es un lugar hermoso donde disfrutar en pequeñas piscinas naturales. Este lugar se ubica a pasos del acceso en el sector que llamamos “Los Quinchos”, donde se puede hacer picnic y acampar.
Es un lugar de muy fácil acceso, al cual pueden llegar sin problemas personas de todas las edades.
Abundan diferentes especies de flora nativa característica del bosque y matorral esclerófilo, como son boyén, maqui, litre, quillay, peumo, espino y flores de llamativos colores como el Dedal de Oro y la Añañuca de Fuego.
Un destino mágico que invita a la reflexión sobre la enorme obra de la naturaleza en las formas esculpidas de las paredes de montaña que se encuentran en Parque Pailalén. Se asciende un fuerte desnivel desde el acceso principal hasta la Explanada de Observación, luego a la meseta por donde se va al Mirador de los Vientos y desde ahí se empalma con senderos que miran hacia el estero San Alfonso y que luego ascienden hasta la gran pared de rocas estratificadas que se divisan desde el acceso principal del Parque. En el trayecto se pueden observar cóndores y uno que otro zorro. Es una zona muy poco visitada debido a la fuerte exigencia física, pero tiene una gran recompensa en términos de lo espectacular del paisaje, renovación de energías y simplemente luego poder mirar desde abajo hacia arriba y decir “Yo estuve ahí”.
Hay quienes llegan al punto final del trayecto y dicen “quiero seguir”. Como no si todo lo que se ve es hermoso. Es una travesía que dura todo el día pero se recuerda toda la vida.